Desde que decidí ponerme a escribir este blog cada vez admiro más
a los escritores.
La dificultad de mis retos y aventuras
muchas veces es insignificante en comparación a enfrentarme a una página en
blanco que quiere o debe ser escrita.
Podría pensar que debería ser algo más
fácil, ya que en mi caso no tengo que imaginar ni inventar nada. Todo lo que
escribo es porque lo vivo y “solo” tendría que encontrar las palabras adecuadas
para intentar transmitir mi experiencia.
¿Qué he sentido? ¿Qué siento?
Ahora, viviendo entre montañas lo que
siento es tranquilidad, incluso podría decir más, equilibrio.
Como cualquier persona que tenga algo de
aprecio hacia sus familiares y amigos sabrá que es difícil e incluso a veces
angustioso vivir lejos de ellos. No es fácil llegar a la conclusión que allí
donde vives, allí donde se encuentra tu entorno de seguridad y dónde se
encuentran casi todas las personas que le dan sentido a tu entorno social
no es para ti.
Tardé en darme cuenta. Muchos días
regresando a casa, rodeado de asfalto, ladrillos, caravanas y más caras serias
que sonrisas. Pensando y preguntándome ¿qué pinto yo aquí?
Cuando decidí marchar, o llámalo cambiar
si quieres, o incluso, llámalo ¡huir! sentí miedo, pena, alegría y euforia.
Todo junto o separado, todo a ratos cortos o largos. Sentí todo y nada. Me
sentí lleno y vacío.
Mil y una sensaciones que el tiempo me
hizo saber que acerté. No porque mi vida ahora sea de color de rosas, ni
mucho menos. No porque tenga todo el dinero del mundo y pueda permitirme todo
lo que pasa por mi cabeza. No porque pueda olvidarme de mis seres queridos y no
sienta ni padezca.
Acerté bajo mi opinión porque lo que unos
llaman huir yo lo llamo seguir mi instinto. Porque si una situación no me gusta
hago por cambiarla. ¿Radicalmente? Puede que sí, puede que sea lo
necesario en algún momento.
Acerté bajo mi opinión porque solo cuando
he decido seguir a mi instinto estoy haciendo lo que realmente me apetece
hacer, dentro de mis posibilidades claro, pero lo que yo decido hacer.
Acerté bajo mi opinión porque aprendí a
pasar de las necesidades creadas e inculcadas y descubrí que cuanto menos
tienes más libre puedes llegar a ser.
Acerté bajo mi opinión porque la sensación
que tengo cada vez que realizo una ruta, una aventura, un objetivo me siento
bien, muy bien. Acerté porque miro a mi alrededor y vivo donde quiero vivir.
Acerté, en definitiva, por el simple o
complejo hecho de querer ser yo en el justo momento del AHORA.
Antes de acabar agradecer esta bonita y
fría ruta a Enric, compañero de trabajo, buen conocedor de rincones de La
Cerdanya y un tío resuelto si se le rompen las raquetas y tiene que deslizarse
por placas de hielo para bajar.
¿Qué decir de El Pic de la Carbassa?
Aparte de ser una ruta bastante asequible ofrece unas vistas de las que te
hacen volver a pensar que acerté : ) : )
Y ya que estamos de agradecimientos,
agradecer a familia y a viejos y nuevos amigos que estáis ahí. Cerca
o lejos posibilitáis que esté contento de poder seguir a mi instinto, que
no siempre es fácil ya sabéis. ¡Sois muy bonitos y os quiero un montón! Para vosotros
estas vistas.
Espero que os guste.