El gran
inconveniente de la felicidad es que al parecer necesito de la
tristeza para sentirla. Es un pack indivisible que he luchado por
entender y ante el cual me he rendido a sus caprichos y deseos por el
momento mientras aprendo a gestionarlo.
Valoro el
año con consciencia en un día que debería ser un transcurso de
veinticuatro horas de felicidad y sin embargo ya he soltado más de
una lagrima creada de tristeza.
Foto de Paul Sanchez |
Jodida y
viciosa dualidad. Egoísmo de las emociones por estar presentes sin
dejar un espacio de publicidad.
Así estoy en
estos momentos. Hablo de mí porque si yo mismo me desconozco que voy
a saber yo de los demás. Hablo de mí por la desgana que me produce
escuchar a alguien decir lo que otro debe hacer. Decir lo que tiene
que sentir o como tiene que actuar. ¿Animo de ayudar? ¿de verdad?
En mí solo
crean expectativas de algo que parece que debo sentir y no siento.
Creándome frustración y una profunda sensación de fracaso.
He decidido
hace meses dejarme sentir y me estoy volviendo loco. No me entiendo,
no me reconozco. Y es que es divino conocerse, es sorprendente
descubrir aspectos que ni sospechaba tener. Es impresionante reconocer
los momentos que me forjaron a como soy hoy. Aunque los miedos, las
frustraciones, la desorientación, el vacío que siento es un precio
exigente que padecer por esos tesoros que hoy más que nunca me
mantienen en una montaña rusa.
Y lo siento
si alguien se ofende, o mejor dicho no lo siento. Hoy tengo ganas de
cagarme en todo mientras al siguiente segundo quiero abrazarlo todo.
Y si tengo que abrazar una mierda porque así lo siento pues la
abrazo, para eso es mi mierda y es lo que siento por ella.
Es que no
puedo evitar pensar todo lo bueno que ha tenido este año, todo lo
que me han enseñado a ver como bueno. Y me pregunto cual es el
motivo para enseñarnos que lo otro es malo. Si, todo lo otro que
además he sentido. Cual es el sentido de tener que evitar esta
frustración que ahora siento al no saber lo que siento, o a saberlo
solo por momentos.
No, no lo
entiendo porque me siento un miserable ante mi sentir. Si lo que
siento soy yo en estado puro.
A veces me
he sentido mal, muy mal porque al parecer no se puede sentir envidia
abiertamente.
A veces me
he sentido bien, muy bien porque al parecer si se puede sentir amor
abiertamente.
Ejemplos de
un Juan oprimido que hoy más que nunca se presenta ante el desafío
de querer a sus dos lados, el supuesto bueno y el supuesto malo.
Por ello,
desde mi más profundo ser me cago en todo y amo todo.
Feliz año a
todos desde mi más profundo odio y admiración :) :(